Petición de los Maestros de Dharma y de miembros de la Sangha de todo el mundo.
El cambio climático es el problema más grave al que se enfrenta la Humanidad hoy en día. Ya está afectando gravemente las economías, los ecosistemas y la a gente en todo el mundo. Si no se controla, puede causar un enorme sufrimiento a todos los seres vivos. Un grupo de maestros de Dharma deÁfrica, Europa, Asia, Canadá y los EE.UU. ha emitido una declaración con las enseñanzas budistas básicas sobre las causas profundas de la crisis del clima y sobre las formas de minimizar sus potencialmente trágicas consecuencias. Más de100 maestros-líderes de Dharma de todo el mundo ya han firmado. Los maestros buscan que otros maestros de Dharma y miembros de la Sangha de todo el mundo aprueben esta declaración. Los maestros esperan que, además de firmar la declaración, los maestros de Dharma y los miembros de la Sangha hagan que las soluciones a la alteración del clima se conviertan en un foco central de sus actividades personales y colectivas. Los maestros también tienen la esperanza de que los firmantes utilicen esta Declaración para describir el punto de vistade la comunidad budista sobre las causas y las soluciones al cambio climático en los diálogos interreligiosos, los debates políticos, y en otros foros públicos. Una versión preliminar fue redactada aquí en nuestro sitio web.Ahora, gracias a la colaboración de muchos maestros y miembros de la Sangha, presentamos la Declaración que encontrarás a continuación. Te invitamos a que la firmes, a que respondas a su contenido e implicaciones, así como a que desarrolles y nos hagas llegar ideas para su uso dentro y fuera de nuestra comunidad.
Puedes publicar un comentario más abajo o enviar un correo electrónico aconnect@1earthsangha.org
La Tierra como Testigo:
Declaración Internacional de Maestros de Dharma sobre el Cambio Climático
Hoy la Humanidad se enfrenta a una crisis de una magnitud inimaginable y sin precedentes. La escalada del cambio climático está alterando tan drásticamente el medio ambiente que está llevando a la Tierra al inicio de una nueva era ecológica. Como resultado de ello, se producirán sufrimientos hasta ahora inconcebibles en todas las formas de vida en la Tierra, incluyendo a los seres humanos. Se necesitarán reducciones significativas de gases de efecto invernadero y otras acciones similares para reducir el cambio climático a niveles razonables.
Pero también son necesarios otro tipo de cambios más importantes, y es precisamente de las enseñanzas del Buda, el Dharma, de donde podemos recibir una valiosa fuente de inspiración sobre la situación a la que nos enfrentamos. Esta Declaración describebrevemente las ideas budistas fundamentales sobre las causas profundas de la crisis climática y sugiere formas de minimizar potencialmente sus trágicas consecuencias.
Como punto de partida, el Dharma establece que para formular soluciones significativas a cualquier problema debemos reconocer primero la verdad de nuestro sufrimiento. Por impactante y desagradable que sea, hay que reconocer que, sin reducciones rápidas y dramáticas del uso de combustibles fósiles y sin esfuerzos importantes para aumentar la retención del carbono, las temperaturas globales aumentarán alrededor de 2 grados centígrado, o más.
Este aumento de temperatura traerá consigo enfermedades y muerte para millones de personas en todo el mundo,así como la extinción de muchas de las especies de la Tierra. Millones más experimentarán traumas psicológicos agudos y estrés,que amenazan el bienestar físico, emocional y psicológico. Estas presiones, a su vez,provocarán malestar social y político.De manera injusta, las comunidades de bajos ingresos, las naciones pobres, las personas que han sido más vulnerables ala opresión y la discriminación -pese a que algunas de ellas no han sido las que más han contribuido al cambio climático-, serán inicialmente los más perjudicados.
Y lo que es peor, por muy espantoso que parezca, si no logramos efectuar los cambios necesarios en la producción, en la energía, en el transporte,en la ingeniería forestal, en la agricultura y otros sistemas, así como en nuestros patrones de consumo, con la mayor urgencia posible, en cuestión de décadas ocurrirán cambios climáticos irreversibles que socavarán los pilares de la civilización humana. Sólo mediante el reconocimiento de estas verdades podemos adoptar un camino significativo hacia las soluciones.
El Dharma nos enseña a reflexionar sobre el origen de nuestro sufrimiento. La mayoría de los científicos climáticos en el mundo coinciden en que, en el plano físico externo, el cambio climático está causado por el uso histórico y actual de combustibles fósiles y por los gases de efecto invernadero que se generan cuando se queman. Prácticas destructivas de manejo del suelo, tales como la tala de bosques, también contribuyen al reducir la capacidad de la naturaleza para retener el carbono.
El Dharma nos enseña, sin embargo, que el deseo, la aversión yla ignorancia en la mente humana son las causas fundamentales del enorme sufrimiento humano. Así, estos factores mentales condujeron históricamente a la opresión, al abuso y explotación de pueblos indígenas y de otros seres humanos que se encuentran fuera del flujo de la riqueza y del poder. El deseo, la aversión y la ignorancia son también las causas principales del cambio climático.
El cambio climático es quizás el mayor maestro que la humanidad ha tenido acerca de cómo estas fuerzas mentales, cuando no son reconocidas en nosotros mismos y nuestras instituciones, causan daño a otras personas y a la naturaleza. El insaciable deseo de riqueza material y poder liderado por los países industrializados se ha traducido en la destrucción irresponsable de la tierra y el agua. El uso excesivo de combustibles fósiles, las grandes cantidades de desechos sólidos y tóxicos que generamos,y otras prácticas están alterando el clima de la Tierra. Sin embargo,al reconocer y hacer frente a estos tendencias mentales internas,podemos empezar a resolver las causas externas del cambio climático.
El Dharma nos ofrece esperanza al enseñarnos que es posible superar las fuerzas perjudiciales de la avidez, la aversión y la ignorancia. Podemos emplear la crisis climática como un catalizador para reconocer las consecuencias de nuestro deseo por obtener más y más riqueza material, de nuestra búsqueda del poder, y darnos cuenta de que debemos cambiar nuestras suposiciones, actitudes y comportamientos. Podemos utilizar la crisis climática como un catalizador para aprender acerca de los procesos planetarios así como para entender que la Tierra tiene límites ecológicos y umbrales que no deben ser cruzados. Tomando conciencia de nuestras creencias y actividades erróneas,podemos crear sociedades más equitativas, compasivas y conscientes de generar un mayor bienestar individual y colectivo y reducir el cambio climático a niveles de equilibrio.
Por último, el Dharma describe una vía de principios y prácticas que podemos seguir para minimizar el cambio climático y el sufrimiento que causa. El primer principio es la sabiduría. De ahora en adelante, todos debemos reconocer, no sólo las causas externas del cambio climático, sino también las tendencias mentales internas y sus terribles consecuencias. Para ser sabios debemos también, individualmente y como sociedad, adoptar la firme intención de hacer lo que sea necesario, no importa cuál sea el precio, para reducir la crisis climática a niveles manejables y, con el tiempo, volver a estabilizar el clima de nuestro planeta.
El segundo principio Dharma es una conducta ética, que tiene sus fundamentos en una actitud compasiva hacia todos los seres que viven en la vasta red de la vida. Tenemos que hacer un compromiso moral firme para adoptar formas de vida que protejan el clima y ayuden a restaurar los ecosistemas de la Tierra y los seres vivos. En nuestras vidas personales debemos reconocer el valor del contentamiento y la suficiencia y darnos cuenta de que, a partir de un cierto nivel de consumo modesto, el consumo adicional, la riqueza material y el poder,no van a traer la felicidad. Para cumplir con nuestra responsabilidad moral más amplia, debemos unirnos frente a los intereses creados que se oponen al cambio y exigir la transformación de nuestras instituciones económicas, sociales y políticas por otras que protejan el clima y ofrezcan cuidado y apoyo a toda la humanidad de una manera justa y equitativa. Debemos presionar para que los gobiernos y las empresas contribuyan a lograr un clima estable y un medio ambiente sano para todos los pueblos y culturas de todo el mundo, ahora yen el futuro. Debemos pedir que se fijen objetivos específicos para la reducción de emisiones, que sean científicamente fiables, asícomo que se creen medios necesarios para vigilar eficazmente su cumplimiento.
La tercera enseñanza del Dharma, y que hace a todas las demás posible, es la atención plena. La atención plena nos ofrece un camino para ampliar nuestra conciencia, para regular nuestros deseos y emociones y los pensamientos y comportamientos que generan. Al acrecentar nuestra conciencia, podemos identificar cuándo estamos causando daño a los demás, a nosotros mismos, o al medio ambiente y fortalecer nuestra capacidad para modificar nuestra manera de pensar y actuar de una forma más constructiva. La atención plena nos hace conscientes de la interdependencia inherente con otras personas y el medio ambiente natural y de los valores que protegen la dignidad humana, en vez de nutrir los deseos de riqueza y poder que subordinan a otras personas, animales y al medio natural
A medida que vayamos tomando conciencia de la responsabilidad de seguir el camino descrito en el Dharma para ayudar a proteger y recobrar el equilibrio del planeta y sus habitantes, puede que nos sintamos sobrecogidos por la inmensidad del desafío. Debemos confiar en el poder de la acción colectiva. Los budistas pueden unirse con otros en sus comunidades monásticas, y nuestras Sanghas puedan unir esfuerzos y corazones con otras tradiciones religiosas y espirituales, así como con otros movimientos seculares centrados en el cambio social. De esta manera nos apoyaremos e influenciaremos unos a otros para hacerlos cambios necesarios en nuestros estilos de vida y puntos de vista, en nuestros sistemas económicos e institucionales, con el fin de reducir el cambio climático a niveles manejables. La historia demuestra que con esfuerzo colectivo concertado y unificado, los cambios que en un momento parecían imposible, logran llevarse a cabo.
Cuando juntos nos reunimos para celebrar nuestro amor por el mundo natural y todos los seres que lo habitan, y cuando tomamos una postura firme para contrarrestar las fuerzas del deseo, la aversión y la ignorancia, reclamamos nuestra propia fuerza y estabilidad interior, y vivimos más cerca de la verdad, más cerca del Dharma. Juntos podemos tratar de garantizar que nuestros descendientes y demás especies hereden un planeta habitable.
Individual y colectivamente, estaremos honrando el gran legado del Dharma y cumpliendo el deseo más profundo de nuestro corazón de servir y proteger la vida.
Traducido al español por Helena Barquilla.
Revisado por Dokushô Villalba.
Comunidad Budista Soto Zen
Monasterio Zen Luz Serena
España
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