Únicamente el silencio es la palabra suprema,
sólo la iluminación es la respuesta universal.
En el silencio de la mente y en la serenidad del corazón, los símbolos se desvanecen en la realidad simbolizada. La Realidad liberada de cualquier representación aparece tal y como es. La Realidad en sí es la Palabra Suprema, mas allá de cualquier palabra. La Palabra Suprema es pues no-palabra, silencio. Este silencio es conocimiento luminoso sin conocedor ni cosa conocida. Es iluminación. Esta experiencia de iluminación es la respuesta a todas las preguntas pues en ella todas las preguntas se desvanecen. Cuando el sujeto cuestionante se funde en el objeto cuestionado, ambos, sujeto y objeto desaparecen y, por consiguiente, todo cuestionamiento queda superado. Como decía un viejo maestro zen: «Cuando la lanza se encuentra con la flecha en pleno vuelo, preguntas y respuestas aparecen maravillosamente fundidas»”.
Mozhaoming
«Canto a la Luz Serena»
del maestro Chan Hongzhi Zhengjue
Traducción y comentarios de Dokushô Villalba
Extraído del libro KÔMYÔ, Clara Luz
Enseñanzas del maestro zen Dokushô Villalba
Pag.159
Colección de corazón a corazón.
Miraguano Ediciones
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