sábado, 31 de diciembre de 2016

Deshaciendo equívocos sobre el budismo


Si quieres milagros, no busque el budismo. El supremo milagro para el budismo es que laves tu plato después de comer.

Si quieres curar tu cuerpo físico, no busques el budismo. El budismo solo cura los males de tu mente: la ignorancia, la ira y los deseos desenfrenados.

Si quieres encontrar empleo, o mejorar tu situación económica, no busques el budismo porque te sentirás decepcionado: el budismo te enseñará a desapegarte de los bienes materiales. No confundas, sin embargo, desapego con renuncia.

Si quieres poderes sobrenaturales, no busques el budismo. Para el budismo, el mayor poder sobrenatural es el triunfo sobre el egoísmo.

Si quieres triunfar sobre tus enemigos, no busques el budismo. Para el budismo, el único triunfo que cuenta es el del ser humano sobre sí mismo.

Si aspiras a una vida eterna en un paraíso de delicias, no busques el budismo, porque te enseñará a morir al ego aquí y ahora.

Si quieres masajear tu ego con poder, fama, elogios u otras ventajas, no busques el budismo. La casa de Buda no es la casa de la inflación de egos.

Si quieres protección divina, no busques el budismo. En el budismo solo puedes contar contigo mismo.

Si quieres un camino que te conduzcas a Dios, no busques el budismo: te dejará en el vacío.

Si quieres alguien que te perdone tus faltas y te deje libre para cometerlas de nuevo, no busques el budismo, porque en él encontrarás la implacable ley de la causa y del efecto, y la necesidad de una autocrítica consciente y profunda.

Si quieres respuestas cómodas y fáciles para tus interrogantes existenciales, no busques el budismo porque aumentará tus dudas.

Si quieres una creencia ciega, no busques el budismo porque te enseñará a pensar por ti mismo.

Si eres de los que piensan que la verdad está en las escrituras, no busques el budismo porque te dirá que el papel es muy útil para limpiar la basura acumulada en el intelecto.

Si quieres la verdad sobre los platillos volantes o sobre la civilización de la Atlántida, no busques el budismo porque solo te revelará la verdad sobre ti mismo.

Si quieres comunicarte con los espíritus, no busques el budismo, ya que el budismo solo te enseñará a comunicarte con tu verdadero yo.

Si quieres conocer tus encarnaciones pasadas, no busques el budismo ya que en él solo encontrarás tu presente.

Si quieres conocer el futuro, no busques el budismo ya que solo te enseñará ver el suelo sobre el que caminas ahora.

Si quieres oír palabras bonitas, no busques el budismo, porque solo te ofrecerá el silencio. Si quieres ser serio y austero, no busques el budismo porque te enseñará a saltar y a disfrutar.

Si solo quieres saltar y divertirte, no busques el budismo porque te enseñará a ser serio y austero.

Si quieres vivir, no busques el budismo, porque te enseñará a morir.

Este texto es de la Rev. Yvonette Silva Goncalves, 
Traducción del portugués de Daniel Hoshin Marighetti, revisada por Dokushô Villalba.

sábado, 17 de diciembre de 2016

El buen zazen



Referencia: https://zendodigital.sotozen.es/el-buen-zazen/

Cada día es diferente, el zazen de la mañana no es el zazen de la tarde, el zazen de ayer no es el zazen de hoy. Ni siquiera el zazen de ahora es el zazen de hace un instante. Unas veces nos sentimos bien, otras veces nos sentimos mal; a veces no experimentamos dificultades, pero otras veces zazen se vuelve realmente complicado. ¿Cómo podemos saber si practicamos un buen zazen o no? ¿Qué es zazen?

No debemos identificar zazen con lo que sentimos, sea lo que sea. Zazen es lo que nos permite darnos cuenta de lo que sentimos. Por eso el buen zazen es independiente de la facilidad o de la dificultad que uno encuentra durante su práctica, no tiene nada que ver con el bienestar o malestar que podemos experimentar. A veces pensáis que habéis tenido un buen zazen porque os sentís bien, seguros de vosotros mismos, satisfechos, y entonces os decís: “¡Ah, qué buen zazen!”, o bien otras veces os sentís muy mal, con la mente inquieta o atormentada, el cuerpo dolorido y decís: “¡Puf, qué zazen tan Malo!”. Pero zazen no tiene nada que ver con estas sensaciones o con estos estados.

Zazen significa clavar las rodillas en el suelo, clavar la nuca en el cielo, estirar completamente la columna vertebral, posar la mano izquierda sobre la mano derecha, mantener los dedos pulgares en una posición horizontal, Significa inmovilizar la mente y el cuerpo en esta posición.

Fácil o difícil no importa, agradable o desagradable, malestar o bienestar… No es ese el problema. Cuando desde el comienzo al final de zazen mantenemos la columna derecha, los dedos pulgares tocándose débilmente y en posición horizontal, la nuca clavada en el cielo y !as rodillas clavadas en el suelo y abandonamos completamente el cuerpo y la mente, y uno llega al final de zazen con ‘La columna completamente derecha y el cuerpo inmóvil, realmente hemos practicado zazen.

Durante zazen aparecen muchos pensamientos, sensaciones, emociones, pero no confundáis las nubes que flotan y pasan por el vasto cielo con el vasto cielo en sí mismo. Así, a veces llueve, a veces hay hermosas nubes blancas parecidas a corderitos, y otras veces son grises Y amenazantes o el cielo está totalmente azul y despejado. Pues bien, zazen es la bóveda celeste que incluye todas estas alteraciones.

Así, no digáis que habéis hecho, un buen zazen cuando hayáis tenido sensaciones agradables, o que habéis experimentado un mal zazen cuando hayáis sentido malestar y sufrimiento. Decid más bien que habéis practicado un buen zazen, cuando hayáis tenido sensaciones agradables sin apegaros a ellas, o bien sensaciones desagradables sin sentir rechazo por ellas, es decir, un zazen libre, lúcido y vigilante.

Kusen impartido por el maestro zen Dokushô Villalba Roshi el 16 de septiembre de 1989