jueves, 25 de octubre de 2007

Sinuoso vaivén.


La vida me lleva
hasta el hermoso escondrijo
que nunca desvelé,
porque aquel meneo
no era otra cosa,
que la dulce sensación
de gozarte.

Vaivén...
Vaivén...
Vaivén...
Vaivén...
Vaivén...

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