miércoles, 3 de junio de 2009

TENGO DERECHO

Yo tengo derecho a no hablar de nada.
Y hemos hablado tanto de nada,
que el día que hablemos de algo,
nos pondremos enseguida de acuerdo.

2 comentarios:

Ricardo Pinilla dijo...

me recuerda esta reflexión a algo que se decía en "Esparando a GOdot", algo así como que hablamos para evitar pensar. En todo caso, estoy muy de acuerdo con ese derecho a hablar sin hablar de nada, lejos de ser palabrería o hipocresía, cuando se acepta como parte de nuestro hablar, creo que madura nuestra relación con la palabra. Ella también nos dice, también juega con nosotros, y sobre todo, no sólo hablamos para decir algo, muchas veces, hablamos como un tanteo, como quien echa redes para acordarse (de cuerda) con otras cosas, con otros que responden. Entiendo que la reflexión tiene también una carga irónica y crítica, y "dice", vaya si "dice"; anuncia además ese acuerdo inusitado cuando se habla realmente de algo; ahí la reflexión abre un nuevo espacio muy sugerente...

Sara Fedrika dijo...

Recuerdo este poema, Agustín, dice mucho en poco espacio. ¿Pero qué pasa cuando no sabes de qué hablar?

Un abrazo.